lunes, 26 de septiembre de 2011

resumen de sofia (dos civilizaciones hasta post scriptum)

Dos civilizaciones
Ya no queda mucho para que nos veamos, mi querida Sofia. Contaba con que volverías a la Cabaña del Mayor, por eso dejé allí todas las postales del padre de Hilde. Era la única manera de que Hilde las recibiera.
No te esfuerces en averiguar cómo podrá hacérselas llegar. Habrán pasado muchas cosas antes del 15 de junio.Hemos visto cómo los filósofos del helenismo desmenuzaban a los viejos filósofos griegos. Hubo además ciertas tendencias a convertirlos en fundadores de religiones. Plotino no estuvo muy lejos de rendir culto a Platón como el salvador de la humanidad.Pero sabemos que hubo otro salvador que nació justo en el período que acabamos de estudiar, aunque viniera de la región grecorromana. Estoy pensando en Jesús de Nazaret.En este capítulo veremos cómo el cristianismo fue penetrando poco a poco en el mundo grecorromano, más o menos de la misma manera en que el mundo de Hilde ha comenzado a penetrar en nuestro mundo.



Indoeuropeos
Por «indoeuropeos» entendemos todos los países y culturas que hablan lenguas indoeuropeas. Todas las lenguas europeas, excepto las ugrofinesas (lapón, finés, estoniano y húngaro) y el vascuence, son indoeuropeas. También la mayor parte de las lenguas índicas e iraníes pertenecen a la familia lingüística 
indoeuropea.Hace unos 4. 000 años los indoeuropeos primitivos habitaron las regiones alrededor del Mar Negro y del Mar Caspio. Pronto se inició una migración de tribus indoeuropeas hacia el sureste, en 
dirección a Irán y la India; hacia el suroeste, en dirección a Grecia, Italia y España; hacia el oeste a través de Centro-Europa hasta Inglaterra y Francia; en dirección noroeste hacia el norte de Europa y en dirección norte hasta Europa del Este y Rusia. En los lugares donde llegaron los indoeuropeos, se mezclaron con las culturas pre indoeuropeas  pero la religión y la lengua indoeuropeas jugarían un papel predominante.Las dos grandes religiones orientales, el hinduismo y el budismo, tienen origen indoeuropeo. También lo tiene la filosofía griega, y podemos observar muchos paralelos entre el hinduismo y el budismo, por un lado, y la filosofía griega por el otro. Incluso hoy en día tanto el hinduismo como el budismo están fuertemente caracterizados por la reflexión filosófica.Ocurre a menudo que en el budismo y en el hinduismo se subraya lo divino como presente en todo panteísmo, y que el ser humano puede lograr la unidad con Dios mediante los conocimientos religiosos. (¡Acuérdate de Plotino, Sofía!) Para conseguir esta unidad se requiere, por regla general, una gran auto contemplación o meditación.



Los semitas
Hablemos de los semitas, Sofía. Pertenecen a otra civilización con un idioma completamente diferente. Los semitas vienen originariamente de la Península arábiga pero la civilización semita se ha extendido también por muchas partes del mundo. Durante más de dos mil años muchos judíos han vivido lejos de su patria de origen. Donde más lejos de sus raíces geográficas han llegado la historia y la religión semitas han sido a través del cristianismo. La cultura simita también ha llegado lejos mediante a extensión del Islam.Las tres religiones occidentales, el judaísmo, el cristianismo y el Islam, tienen bases semitas. El libro sagrado de los musulmanes 
(el Corán) y el Antiguo Testamento están escritos en lenguas semíticas emparentadas. Una de las palabras dios que aparece en el Antiguo Testamento tiene la misma raíz lingüística que la palabra Allah de los musulmanes. (La palabra allah significa simplemente dios.En lo que se refiere al cristianismo, la situación es más compleja. También el cristianismo tiene raíces semíticas, claro está. Pero el Nuevo Testamento fue escrito en griego, y, por consiguiente, la teología cristiana estaría, en su configuración, fuertemente marcada por las lenguas griega y latina, y, con ello, también por la filosofía helenística.Hemos dicho que los indoeuropeos creían en muchos dioses distintos. En cuanto a los semitas resulta también sorprendente que desde muy temprano se unieran en torno a un sólo dios. Esto se llama monoteísmo. Tanto en el judaísmo como en el cristianismo y en el Islam, una de las ideas básicas es la de que sólo hay un dios.Otro rasgo semítico común es que los semitas han tenido una visión lineal de la Historia. Con esto se quiere decir que la 
Historia se considera como una línea. Dios creó un día el mundo, y a partir de ahí comienza la Historia. Pero un día la Historia concluirá. Será el día del juicio final, en el que Dios juzgará a 
vivos y muertos.Un importante rasgo de las tres religiones occidentales es precisamente el papel que juega la Historia. Se cree que Dios interviene en la Historia, o, más correctamente, la Historia existe para que Dios pueda realizar su voluntad en el mundo. De la misma manera que llevó a Abrahán a la “tierra prometida” dirige la vida de los seres humanos a través de la Historia y hasta el día del juicio final en que todo el mal será destruido.





Israel
No pretendo competir con tu profesor de religión, querida Sofía; no obstante conviene hacer un breve resumen de los antecedentes judíos del cristianismo.Todo empezó cuando Dios creó el mundo. En las primeras páginas de la Biblia se habla de esta Creación. Pero más tarde los hombres se rebelaron contra Dios. El castigo no fue sólo la expulsión de Adán y Eva del jardín del Edén, sino también la entrada de la muerte en el mundo.La desobediencia de los hombres a Dios atraviesa como un hilo rojo toda la Biblia. Si seguimos leyendo el Génesis nos enteramos del Diluvio y del Arca de Noé. Luego leemos que Dios estableció un pacto con Abraham y su estirpe. Según este pacto, Abraham y su estirpe cumplirían los mandamientos de Dios, y a cambio Dios se comprometía a proteger a los descendientes de Abraham. Este 
pacto fue renovado cuando Moisés recibió las Tablas de la Ley en el monte Sinaí. Esto ocurrió alrededor de 1. 200 años a. de C. Para entonces los israelitas llevaban mucho tiempo de esclavitud en Egipto, pero mediante la ayuda de Dios el pueblo pudo volver a Israel.Alrededor del año l000 a. de C., es decir, mucho antes de la existencia de ninguna filosofía griega, oímos hablar de tres grandes reyes en Israel. El primero fue Saúl, luego vino David y tras él, el rey Salomón. Todo Israel estaba entonces unido en una sola monarquía, y vivió, particularmente bajo el reinado del rey David, una época de grandeza política, militar y cultural.En su investidura los reyes eran ungidos por el pueblo obteniendo el título de Mesías, que significaba el ungido. En el contexto religioso los reyes eran considerados intermediarios entre Dios y el pueblo. A los reyes se les llamaba, por tanto, hijos de Dios, y el país podía, entonces, llamarse “reino de Dios”.Pero Israel no tardó mucho en debilitarse, y pronto se dividió en un reino norte (Israel) y un reino sur (Judea). En el año 722 el 
reino norte fue invadido por los asirios y perdió toda importancia política y religiosa



Jesús
Bueno, Sofía. Supongo que me sigues todavía. Las palabras clave son «Mesías», «Hijo de Dios», «salvación» y «reino de Dios». Al principio todo esto se interpretó en un sentido político. También en la época de Jesús había mucha gente que se imaginaba que llegaría un nuevo «Mesías» en forma de líder político, militar y 
religioso, del mismo calibre que el rey David. Este «salvador» se concebía como un liberador nacional que acabaría con los sufrimientos de los judíos bajo el dominio romano.Pues sí, muchos pensaban así, pero también había gente con un horizonte un poco más amplio. Durante varios siglos antes de 
Cristo habían ido surgiendo profetas que pensaban que el «Mesías» prometido sería el salvador del mundo entero. No sólo salvaría del yugo a los israelitas, sino que además salvaría a todos los hombres del pecado, de la culpa y de la muerte. La esperanza de una “salvación”, en este sentido de la palabra, se 
había extendido ya por toda la región helenística.Y llega Jesús. No fue el único que se presentó como el Mesías prometido. También Jesús utiliza las palabras «Hijo de Dios», «reino de Dios», «Mesías» y «salvación». De esta manera conectaba siempre con las antiguas profecías. Entra en Jerusalén montado en un asno y se deja vitorear por las masas como el salvador del pueblo.De esta manera alude directamente al modo en que fueron instaurados en el trono los antiguos reyes, mediante un típico rito de «subida al trono». También se deja ungir por el pueblo. “Ha llegado la hora”, dice. «El reino de Dios está próximo.”Todo esto es muy importante. Ahora debes seguirme muy de cerca: Jesús se distinguía de otros mesías en el sentido de que dejó muy claro que no era ningún rebelde militar o político. Su misión era mucho más importante. Predicó la salvación y el perdón de Dios para todos los hombres. Y decía a las gentes con las que se encontraba: «Te absuelvo de tus pecados»Resultaba bastante inaudito en aquellos tiempos repartir la absolución de esa manera. Más escandaloso aún era que llamara «padre» (abba) a Dios.



Pablo
A los pocos días de la crucifixión y entierro de Jesús, comenzaron a correr rumores de que había resucitado. De esa manera demostró que era algo mas que un hombre. Fue así como mostró que era en verdad el “Hijo de Dios”.Se puede decir que la Iglesia cristiana inicia ya en la mañana del Domingo de Pascua los rumores sobre su resurrección.Pablo puntualiza: «Si Cristo no ha resucitado, nuestro mensaje no es nada y nuestra fe no tiene sentido».Ahora todos los hombres podían tener la esperanza de la «resurrección de la carne», pues Jesús fue crucificado precisamente para salvarnos a nosotros. Y ahora, querida Sofía, debes darte cuenta de que los judíos no trataban el tema de la «inmortalidad del alma» o de alguna forma de «transmigración 
de las almas», que eran ideas griegas, y por lo tanto, indoeuropeas. Según el cristianismo no hay nada en el hombre (tampoco su alma) que sea inmortal en sí. La Iglesia cree en la “resurrección del cuerpo”, y en la «vida eterna», pero es precisamente el milagro obrado por Dios el que nos salva de la muerte y de la «perdición». No se debe a nuestro propio mérito, y tampoco se debe a ninguna cualidad natural o innata.
Los primeros cristianos comenzaron a difundir el «alegre mensaje» de la salvación mediante la fe en Jesucristo. El reino de Dios estaba a punto de emerger a través de su obra de salvación. Ahora el mundo entero podía ser conquistado para Cristo. (La palabra «Cristo>, es una traducción griega de la palabra judía 
«Mesías, > y significa, por consiguiente, «el ungido».)Pocos años después de la muerte de Jesús, el fariseo Pablo se convirtió al cristianismo. Mediante sus muchos viajes de misión por todo el mundo grecorromano convirtió el cristianismo en una religión mundial.Sobre esto podemos leer en los Hechos de los Apóstoles. Por las muchas cartas que Pablo escribió a las primeras comunidades cristianas conocemos su predicación y sus consejos para los cristianos.





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